
¿Un perro agresivo puede cambiar? ¡Claro que sí!
Sí, un perro con conductas agresivas puede ser rehabilitado, siempre y cuando se identifiquen correctamente las causas del comportamiento y se intervenga de manera profesional. La agresividad no es una enfermedad en sí, sino un síntoma que puede estar relacionado con miedo, dolor, frustración, territorialidad o experiencias traumáticas.
El proceso de modificación de conducta debe ser individualizado y supervisado por un médico veterinario con formación en etología clínica o por un etólogo certificado. Se utilizan técnicas de adiestramiento positivo, evitando castigos o métodos aversivos, ya que estos suelen empeorar el problema.
Es fundamental realizar un diagnóstico completo, que incluya evaluación médica (para descartar causas físicas) y conductual. Con un plan estructurado, paciencia y compromiso por parte del tutor, muchos perros con antecedentes de agresión pueden alcanzar una conducta socialmente aceptable y mejorar significativamente su calidad de vida.
Si tu perro presenta señales de agresividad, no esperes a que el problema escale: consulta con un profesional.